La
dominación ha requerido siempre de una cierta legitimación, es
decir, si el poder se basa en el juego de dominación/sumisión
requerirá de un séquito que aplauda, que justifique las
bestialidades cometidas por ese poder (así se llamen ilustrados,
expertos o tecnócratas, dependiendo la época histórica que se
trate).
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